La
dicotomía de dos mundos
contrapuestos
por la 
interlocución
de dos miradas
internadas
en su apoptosis.
Introversos
pensamientos
de
amistades sinceras,
una
mano abandonada, la otra
escribe
una historia sin rumbo.
Destellos
intermitentes
en la
plenitud del oscuro,
ojos
del cielo,
alma
bifaz de un instante.
Puente
al centro
de una
infraguable fantasía
concretada
y resumida
en los
dedos del pianista.
Energúmena
reacción del tiempo
consistente,
inflexible, ritualizado
en la
mención de una
filosofía inmortalizada.
Muy bueno todo lo que escribís. Saludos!
ResponderEliminarMuchas Gracias! que bueno que te guste!
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